Sunak presenta un plan radical para detener en seco la inmigración ilegal

Los conservadores británicos ven la solución del problema de la inmigración ilegal como la única manera de poder ganar las elecciones de finales del año que viene. Por eso, el primer ministro Rishi Sunak ha anunciado un plan radical para frenar la llegada de pateras a través del Canal de La Mancha: detener a quienes se presenten por esa vía, devolverlos a sus lugares de origen o deportarlos a Ruanda (Londres y Kigali tienen firmado un convenio a esos efectos) y denegarles para siempre la posibilidad de venir de a este país legalmente y obtener la nacionalidad.

El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, ha denunciado hoy mismo la estrategia como condenada al fracaso porque va en contra de la Convención Europea de derechos Humanos y sería bloqueada en los Tribunales. Pero funcionarios del Gobierno creen haber encontrado un mecanismo legal para circunvalar ese problema. En el peor de los casos, Sunak podrá alegar ante los votantes que ha hecho todo lo posible, pero son la Justicia y sus rivales políticos quienes impiden la aplicación del plan.

El Labour afirma que va en contra de la Convención Europea de Derechos Humanos y sería bloqueada en los Tribunales

Tan sólo en lo que va de año, y a pesar del tiempo invernal, han llegado en patera a las costas de Kent más de tres mil solicitantes de asilo, y se calcula que en el 2023 lo harán alrededor de 85.000, un nuevo récord. Sunak va a viajar a Paris esta semana para entrevistarse con el presidente francés Emmanuel Macron e intentar conseguir su colaboración en un plan conjunto para reducir la inmigración legal a través del Canal de La Mancha, que la policía francesa sea más pro activa, y poder devolver a Francia a quienes intenten cruzaren patera.

Se trata de una cuestión que irrita sobremanera a muchos votantes socialmente conservadores de las regiones afectadas y del norte de Inglaterra, que ven la llegada de extranjeros como una amenaza a su nivel de vida, acusándoles de robarles los trabajos y saturar los servicios sociales (aunque las estadísticas no indican que sea así, y de hecho contribuyen a hacer crecer la economía y pagar las pensiones de una población envejecida, realizando trabajos que los ingleses no quieren ver ni en pintura). En las últimas semanas, en un clima cada vez más enrareciendo, se han registrado varios ataques a hoteles que albergan a demandantes de asilo.

Hasta ahora todos los intentos de los recientes gobiernos conservadores para resolver el problema se han estrellado con cuestiones practicas. No se ha realizado ningún vuelo a Ruanda porque lo han impedido los Tribunales atendiendo a las apelaciones de los abogados y grupos de derechos humanos que consideran la estrategia una aberración, y no se espera ninguno a lo largo del año, a no ser que Sunak se saque una carta imprevista de la manga. La posición de Downing Street es considerada por sus críticos bastante cínica y contradictoria, porque tras el Brexit la inmigración ha aumentado en la práctica . Lo que ha pasado es que los trabajadores europeos, que ya no disfrutan de la libertad de movimiento dentro de la UE, han sido sustituidos con creces por asiáticos y africanos de países de la Commonwealth y las antiguas colonias británicas.

Detener la inmigración ilegal es una de las promesas de Sunak a sus compatriotas de cara a las próximas elecciones. Alentado por la reacción generalmente favorable a su nuevo acuerdo del Brexit con la UE sobre el Protocolo de Irlanda del Norte, su siguiente objetivo es presentar una solución radical a la llegada de pateras. Si lo consiguiera, ganaría muchos puntos a los ojos de un amplio sector de votantes. Y si no, quiere decir que por lo menos lo ha intentado con todas sus fuerzas.